La sequía que impide el abastecimiento normal de agua en un 25% del territorio brasileño va a dejar algunas localidades sin su Carnaval, la fiesta más importante del calendario nacional. Al menos seis municipios han cancelado ya las celebraciones, que duran oficialmente del 13 al 18 de febrero: se trata de Cordeirópolis y Oliveira, en el estado de São Paulo, e Itapecerica, Formiga, Arcos y São Gonçalo do Pará, en Minas Gerais. La escasez de agua afecta incluso al Carnaval de Río de Janeiro, el mayor del planeta, cuyosblocos (procesiones musicales callejeras que reúnen decenas de miles de ciudadanos disfrazados) preliminares han comenzado ya, y que se espera atraiga este año a 920.000 turistas. Las escuelas de samba, protagonistas del evento, modificarán sus coreografías para evitar la utilización de agua en sus desfiles, sustituyéndola por luz o humo.“No tiene sentido usar tanta agua cuando la población sufre por la crisis hídrica”, afirmó Ney Filardi, presidente de la escuela União da Ilha. El ahorro no se circunscribirá solo al Sambódromo. Algunos blocoshan decidido retirar este año la manguera con la que tradicionalmente refrescan a los reunidos bajo un sol justiciero y temperaturas de 35 a 40 grados. El implacable verano carioca, traducido este año en niveles récord de consumo de agua y electricidad, produjo ya apagones relevantes la semana pasada.
El panorama en algunas zonas de este vasto país (17 veces mayor que España) es más sombrío. En Minas Gerais algunos embalses no reciben precipitaciones desde hace cinco semanas, y es probable que los problemas en el suministro de agua terminen afectando a la capital, Belo Horizonte, la tercera mayor región metropolitana del país. En el Estado de São Paulo, el más rico y poblado, se estudian recortes en varios municipios, dado que el sistema de embalses de la Cantareira tiene reservas apenas superiores al 5%. El gobernador de Ceará, Camilo Santana, ha suspendido por decreto la transferencia de fondos para el Carnaval en la capital de un Estado en el que hay 176 localidades en situación de emergencia por falta de agua. Recife, que tiene cuatro de cada 10 personas con problemas de suministro, ha dispuesto un esquema de racionamiento para proteger el carnaval del municipio vecino de Olinda. En total, 47 millones de brasileños sufren algún tipo de restricción (la población del país es de 200 millones).
Río de Janeiro, que organiza los Juegos Olímpicos de 2016, incrementa sus campañas sobre concienciación en el uso de agua mientras el gobernador, Luiz Fernando Pezão, rehúye hablar de cortes incluso después de que la presa de Paraibuna, principal suministradora de agua a la capital, esté oficialmente en reserva tras haber llegado a la cota del 0%. En el norte del Estado se han perdido amplias zonas de cultivo y miles de cabezas de ganado por falta de agua. El mensaje parece estar calando en Brasil: el programa de televisión Big Brother ha impuesto a cada uno de sus concursantes un límite diario de litros.